El artista gráfico Antonio Cadima es el hombre que está tras Taller Sol, en plena Plaza Brasil, deleitando a los fanáticos que asisten a ver una película del neorrealismo italiano, o del cine latinoamericano o de David Lynch, quizá el cineasta más celebre por estos días tras el estreno de Inland Empire, una película que devuelve al cine el sentido de sueño y pesadilla.
En plena plaza y en un acto que es un verdadero lujo y deleite, se exhiben películas dos y hasta tres días a la semana, casi a la usanza de lo que fue el cine en sus orígenes.
Esta pasión por el cine la lleva Antonio Cadima en todos sus sentidos. En los años 70 trabajó en importantes distribuidoras realizando el arte gráfico de los estrenos cinematográficos que saldría en los diarios del país. ¿Recuerda aquellos avisos? ya poco se ven en los diarios pues la mayoría recurre a las paletas publicitarias de la calle o los grandes espacios que hay en los actuales multicines.
Toño Cadima colaboró con el Cine Club Omega, génesis importante del desarrollo del cine arte en Chile y del cual surgió, casi a modo de prueba, el cine Arte Egaña que al poco tiempo se trasladó a Huérfanos, en lo que fue el Cine Arte Toesca y que dio paso al Normandie.
En aquellos años 70, Antonio Cadima fundó el Taller Sol, un lugar de encuentro para el Arte, el Cine, la Gráfica, y que ha sobrevivido a todas las inclemencias de la historia, desde la burocracia
hasta las crisis epidérmicas de la intolerancia y la ceguera del mundo actual.
Muy bien por Taller Sol. Y por el deseo de otros 30 años difundiendo el gran cine a todo aquel que quiera conocerlo.
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